El Lago de Carucedo se caracteriza por ser un lago artificial surgido en la época de la explotación de Las Médulas por los romanos. Esto nos sitúa en el siglo I antes de Cristo.
Se le calcula un perímetro aproximado de 5 kilómetros y unos 9 metros de profundidad. Su formación fue consecuencia de más de dos siglos de trabajo en el frente de explotación de la mina de oro. Las grandes cantidades de lodo y arena procedentes por el efecto de la “ruina montium” de la explotación, hicieron que se obstruyera la canalización hasta el río Sil y dio paso a este Lago. El agua que se escurría de Las Médulas llegaba a esta hondonada natural, dando paso al lago más grande del Bierzo.
En estos dos mil años de vida, el Lago de Carucedo se ha transformado en un hermoso lugar para visitar y disfrutar. Actualmente, se ha acondicionado para el baño en verano, con zona de aparcamiento y espacios verdes para descansar y tomar el sol.
Flora y fauna se han asentado en esta zona, muy apreciada por los ornitólogos al ser el humedal más destacado del Bierzo.
Son varias las leyendas asociadas al Lago de Carucedo. Una de ellas narra como la espada Durandal, del mítico guerrero Roldán, descansa en el fondo del lago.
Otra nos narra el desamor de una hermosa ninfa por no ser correspondida por un el joven general romano Tito Carissio. Las lágrimas de Carissia inundaron la ciudad de Lucerna dando paso a un hermoso lago. Según la leyenda, la noche de San Juan, la ondina sale del lago en busca del amor y es al amanecer, las primeras luces del alba, cuando se puede intuir la ciudad que aguarda sumergida en el fondo del lago.
Sea como fuere, lo cierto es que es un lago único y que merece la pena visitar.